THMhighlights
http://www.bmj.com/cgi/content/full/319/7215/1002
Sr Director:
Griffith ha sugerido varias razones para no recibir a los visitadores médicos (1). Muchas de las respuestas a su editorial en el website del BMJ mencionan el valor de los pichigüilis como mecanismo para sobornar a los médicos y hacer que reciban a los visitadores (2). Opera aquí un interesante mecanismo psicológico que merece un estudio más detenido.
Recientemente he tenido la fascinante experiencia de trabajar en el stand de un laboratorio en un congreso de Psiquiatría. Una de mis funciones era la de regalar bolis y despertadores a los congresistas una vez de que habían rellenado unos cuestionarios. Era sorprendente ver las colas que se formaron para conseguir uno de esos chismes sin valor alguno. Muchos congresistas los robaban en cuanto me veían distraído. Un psiquiatra llegó a hacer que su hijo de 10 años rellenara un cuestionario sobre la forma en que trataba a sus pacientes esquizofrénicos con la esperanza de conseguir así un despertador extra.
En la mente de los psiquiatras el valor percibido de estos objetos era claramente superior a su valor real. Esto suscita varias preguntas: ¿Afecta este fenómeno sólo a psiquiatras o es universal? ¿Se da únicamente en las reuniones médicas? Si el fenómeno es más general, ¿podríamos plantear la hipótesis de que los médicos generalistas ven a los visitadores por un impulso irracional e irresistible de recoger sus pichigüilis?
Adam Jacobs, director
Dianthus Medical, Mitcham, Surrey CR4 3BA, [email protected]
Txori-Herri Medical Association, 1999